El Black Power y el Tercer Hombre
Juegos Olímpicos de México 1968, Tommie Smith gana la final de los 200 metros lisos y bate el record del mundo con 19,83 segundos en una época de profunda lucha por los derechos civiles en EEUU; Luther King había sido asesinado medio año antes en Memphis a manos de un segregacionista blanco, y con él había muerto el mayor defensor de la lucha pacífica, los Panteras Negras se debatían entre esta y la violencia.
Smith y el tercer clasificado, John Carlos, instantes antes de la ceremonia de medallas deciden organizar una protesta simbólica y pacífica a favor de los derechos civiles y la igualdad racial, pero no tenían nada preparado, salvo que la mujer de Smith, optimista y previsora, había comprado un par de guantes negos. El tiempo apremiaba y no sabían como reaccionaría el tercer hombre del podium, un blanco australiano, país donde los aborígenes habían sido masacrados y apartados, de modo que directamente y sin muchas esperanzas se lo preguntaron. Norman no sólo estivo de acuerdo sino que fue más allá, se puso la pegatina de OPHR ( Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos ) encima del escudo del Comite Olímpico Australiano y les sugirió que cada uno de ellos utilizara uno de los guantes, por esa razón Smith levanta el puño derecho y Carlos el izquierdo.
Muchos fotógrafos en el estadio olímpico capturaron ese instante, y todo los medios del mundo occidental se olvidaron del deporte y abrieron al día siguiente con esa imagen, una imaxe donde el tercer hombre parece un mero figurante que simplemente ayuda a crear un contraste compositivo, pero Norman fue mucho más que eso, y es que las buenas historias tienen muchas capas de lectura.
Los tres fueron expulsados inmediatamente de la villa olímpica y tuvieron que abandonar México D.F. y regresar a sus patrias donde sufrirían las consecuencias de un acto de valentía y protesta. Pero el que más acusó los golpes fue el Tercer Hombre: Australia se olvidó de llamar a Norman para los Juegos Olímpicos de Munich 1972 a pesar de tener la marca mínima, y en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 fue el único medallista histórico australiano no homenageado. Norman entró en una espiral de autodestrucción pero siempre afirmó: «Lo volvería a repetir», acabó su vida entre la depresión y botellas de alcohol.
El 3 de octubre de 2006 Peter Norman falleció en Melbourne y hasta Australia fueron sus dos compañeros de armas para portar su ataud.
En 2012 el estado australiano pidió perdón a la familia y homenageó a Peter Norman postumamente.