El Beso de Times Square
El día que finalizó la Segunda Guerra Mundial, los ciudadanos de Nueva York tomaron la plaza de Times Square en Manhattan. En ese clima de algarabía y frenesí un apuesto o aprovechado joven marinero se dedicaba a besar a todas las mujeres que encontraba en su camino, mujeres jóvenes y viejas por igual, el hombre estaba desatado cual borracho en una barra libre. El fotógrafo germano-americano Alfred Eisenstaedt, que cubría el evento para la revista LIFE, presenciaba estas y otras espontáneas muestras de embriagante afecto entre unos jóvenes liberados de un futuro tenebroso y siniestro cuando el extravagante Don Juan se hizo con los labios de una enfermera y Eisenstaedt capturó ese preciso instante, enfatizado por el contraste entre el negro y el blanco de sus uniformes, lo cual realzaba la fuerza de la imagen y representaba la liberación de una generación.
Paradójicamente un beso entre dos desconocidos se convirtió en uno de los más conocidos de la humanidad.